Por Pablo Daniel Blanco – Senador Nacional de Juntos por el Cambio.
El Frente de Todos pretende hacer recaer sobre Sergio Massa toda la responsabilidad del
brutal ajuste que pretende llevarse puesta a la Provincia de Tierra del Fuego. Yo llamo a los
fueguinos a no confundirse: el gobierno nacional con una clara responsable, un ejecutor
fríamente elegido y un presidente desplazado es el que está llevando al subrégimen de
promoción industrial a su ocaso.
Los tres son responsables directos. Pero también hay responsables locales que, con tibias
palabras, ayudan poco y nada a poner las cosas en claro sobre lo que puede llegar a
suceder con el subrégimen de promoción que preocupa a miles de familias fueguinas.
Es incomprensible que muchos, sin elevar su voz ni proponer algún tipo de solución
alternativa, parezcan decididos a comerse semejante sapo que, encima, está envenenado.
La industria fueguina ya viene malherida por la dificultad para acceder a los dólares que
permitan importar insumos básicos producto del cepo. Se han registrado más de 1200
suspensiones laborales en el último semestre mientras los supuestos representantes de los
trabajadores miran para otro lado.
No hace falta ser de Juntos por el Cambio para darse cuenta de la doble vara con la que los
gremialistas ejercen sus funciones representativas: si gobierna cualquier otro hay que correr
a hacer barricadas, tirar piedras y tomar la casa de gobierno en Ushuaia; si gobierna el
peronismo o cualquiera de sus colectoras afines -como FORJA- lo mejor es callar y silbar
bajito.
¿El peronismo, el Frente de Todos, el albertismo, La Cámpora y FORJA de qué lado están?
¿Van a defender a la Provincia o sus privilegios? ¿Van a poner el grito en el cielo pidiendo
audiencia en la Casa Rosada? ¿O van a entregar a la provincia a los designios del gobierno
central y el FMI?
¿Qué harán los que se desgarraban las vestiduras al grito de "la patria está en peligro"
cuando Macri tomaba -y lo reconozco- deuda en exceso? Yo creo que es hora de llamar a
un gran diálogo fueguino que incluya a todos los sectores involucrados, sin resentimientos
ni con la vista en el pasado. Hay que mirar al futuro desde este presente que nos necesita,
sin fisuras, a todos.
El presidente al que han decidido marginar de las decisiones principales hizo campaña en
2019 prometiendo la prórroga del subrégimen por 50 años más. Su ministro Kulfas fue el
primero en "contradecirlo" y recortar temporalmente la exención impositiva. Vale la pena
recordar que la vigencia de estos beneficios le permitieron a la provincia desarrollar una
industria pujante e innovadora que atrajo a miles de argentinos al extremo sur del país para
hacer soberanía y progresar con su trabajo e ilusiones.
Hoy esas ilusiones y las fuentes de trabajo están en peligro. Está en manos de todos los
que tenemos una cuotaparte de responsabilidad la obligación de reunirnos para defender a
la industria y la mesa de los fueguinos.
Tierra del Fuego no se rinde ni se vende, se defiende.